miércoles, 22 de febrero de 2012

Vino Tinto con Moderación = Salud Cardiovascular...

El resveratrol, aislado por primera vez en 1940, es un polifenol, una sustancia presente en muchas plantas (Polygonum cuspidatum), sobre todo en los frutos, como las nueces , moras, cacahuetes y en la piel de las uvas, y podemos encontrarlo tanto en el vino tinto como en el blanco aunque en este último en menor cantidad. También puede ser sintetizado mediante formulación química.

La importancia del resveratrol radica en las recientes investigaciones sobre sus efectos tanto en animales como en seres humanos. Según se ha podido comprobar, esta sustancia tiene propiedades que ralentizan el envejecimiento de los tejidos. Experimentos llevados a cabo en la Universidad de Harvard, la Universidad de California, el Instituto Salk y la Universidad Johns Hopkins en ejemplares de Drosophila melanogaster (mosca del vinagre), hongos de la familia de las levaduras, y ciertos gusanos nematodos, han confirmado que elevan su tasa de supervivencia en más de un 30%.

Esta molécula actúa activando ciertos genes reguladores, (Sirt1, Sirt3, Sirt4, Fox01, PBEF) que no sólo se encargan de la longevidad de la célula sino que también se han publicado efectos antiinflamatorios y anticancerígenos, así como ciertos beneficios cardiovasculares en tejidos de ratas de laboratorio expuestos a ella. Un estudio publicado en la prestigiosa revista Cell, en julio de 2010, explica que la activación del gen Sirt1 por el resveratrol evita la producción de placas beta amiloides en el cerebro en un modelo animal de Alzheimer.

Sin embargo, como todo nuevo descubrimiento, no ha quedado sin controversia, ya que por el momento estos espectaculares resultados no han podido ser reproducidos en humanos. Las investigaciones con personas aun se encuentran en la llamada Fase I (que son los estudios iniciales) y aun pasará algo de tiempo hasta que se encuentren en la Fase III y los resultados puedan ser considerados concluyentes.

En el único ensayo positivo en humanos, han sido necesarias dosis extremadamente altas (3-5 g) de resveratrol (debida a su baja absorción) en una fórmula patentada para bajar significativamente el nivel de azúcar en la sangre. Se han obtenidos algunos éxitos en el tratamiento de la obesidad. Pero su mayor éxito a nivel comercial es la de sus supuestos efectos antienvejecimiento, aunque aun no existe evidencia científica de que se produzca un incremento en la longevidad en mamíferos superiores.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que el consumo habitual y moderado de vino tinto tiene efectos beneficiosos sobre la mortalidad cardiovascular si los comparamos con los que serían producidos por la misma cantidad de alcohol pero de otros licores. Se sabe que en países como Italia y Francia, cuyo consumo de vino por habitante y año es bastante elevado, se consumen muchas más grasas pero se sufren menos infartos que en Europa del norte, o en Estados Unidos, en lo que se llamado como “La Paradoja Francesa” por la compatibilidad de dieta rica en grasa, factores de riesgo cardiovascular (nivel elevado de colesterol en sangre, hábitos nocivos como el tabaco y la vida sedentaria) y baja incidencia de cardiopatías isquémicas, ligadas al consumo regular de vino tinto.

Hasta el momento, a pesar de todos estos buenos resultados no se ha conseguido un producto definitivo que actúe directamente aumentando la longevidad de los seres humanos y que no tenga riesgos para la salud.

Existen en el mercado muchos productos con resveratrol, porque “está de moda”, y porque proporciona pingües beneficios a las farmacéuticas pero aun no tenemos la pastilla mágica que nos garantice una larga vida, tan sólo siguiendo hábitos de vida saludables: beber mucha agua, prescindir del tabaco, seguir una dieta sana y equilibrada, hacer deporte regularmente, y eliminar el estrés utilizando algo gratuito y fácil: reir mucho, viendo el lado positivo de las cosas; todo esto puede ayudarnos a conseguir mayor calidad de vida, y por ende, una mayor longevidad.                                    

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